lunes, 4 de febrero de 2013

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La cara más divertida de la trilogía más caliente del año



Rossella Calabrò, una mujer que disfrutó leyendo las andanzas de Mr. Grey, necesitaba desdramatizar esa historia,“quitarle poder a su contenido conservador”. Y para ello ha empleado el sentido de la ironía. 



Sombra a sombra, Gregorio y Mr. Grey se ven las caras. Y en cada sombra, hay una carcajada. Porque Cincuenta sombras de Gregorio es un libro humorístico, pero con una gran carga de realidad, que muestra a ese hombre que comparte su vida con una mujer, en el que, tal vez, predominan las imperfecciones. Pero tiene algo a su favor: sabe hacer reír a una mujer.



Cincuenta sombras de Gergorio obliga a los lectores a meditar, enseñando que la literatura y sus escenarios es una cosa y la realidad en la que convive una pareja es otra muy distinta, donde cualquier parecido con la literatura es pura coincidencia.


ALGUNAS SOMBRAS DE GREGORIO
 “Mr. Grey lleva siempre prendas homewearimpecables mientras, con el poderoso torso desnudo y los vaqueros rotos en su punto justo (…), se pasea con andares de puma por la casa. A veces, también Gregorio, durante los primeros días de convivencia, se parece un poco a Mr. Grey. Pero después, al cabo de una semanas, el torso poderoso (si de un torso poderoso se trataba) se esconde bajo camisetas decorada al óleo (del asado), mientras vuelve a guardar celosamente los vaqueros en el armario y los sustituye por pantalones de pijama estilo viejo canguro con las rodillas deformadas”.
 “Grey dispone de una cocina perfecta, hipertecnológica, equipadísima, limpísima, en la que se mueve con desenvoltura mientras nos ofrece deliciosos manjares cocinados por la gobernanta (que no somos nosotras). (…). Gregorio, en cambio, es un sumo experto en el arte culinario de ensuciar el mayor número posible de platos y ollas, en particular la que por su forma o sus dimensiones no entran en el lavavajillas (…). Al fin y al cabo, está además la gobernanta (que somos nosotras), lista para recogerlo todo”.
“Mr. Grey suspira con apasionada elegancia, gime con ardor, a veces incluso gruñe con la perturbadora sensualidad de un licántropo. O bien susurra palabras de amor en salsa de vainilla (…).¿Y Gregorio? Al principio de la vida en pareja (…) no emite ningún sonido aparte de algún que otro leve y poético gruñido para alabar la comida o los encantos de su amada. Pero en el noventa y nueve por ciento de los casos, después de un añito de cautividad, Gregorio (…), asaltado por una sed insaciable de cultura, comienza a practicar la pronunciación del alfabeto (…). El problema es que Gregorio las recita eructando”.
 “Mr. Grey involucra a su amada en situaciones extremas, saturadas de peligro (…). Gregorio también: a las reuniones de la comunidad de vecinos va siempre Lola”.
 “Irse a la cama con Mr. Grey es una experiencia inolvidable. Pero dormir con Mr. Grey se puede definir como algo celestial (…). No ronca, no te quita el edredón, no rueda sobre sí mismo toda la noche como un filete empanado, y si por aquellas casualidades se levanta de la cama, solo es para ir a tocar con dulzura el piano (…).Gregorio sufre durante la noche transformaciones algo acrobáticas: es capaz de pasar de cafetera en forma de morsa a rollito de primavera en pocos movimientos. Es más: con sus transformaciones puede despertarnos justo en el particularísimo momento en que nos vamos quedando fuera de combate”.


KIWI




VERSATIL


6 comentarios:

  1. Gracias por las novedades, hay algunos que me llaman.
    Un beso

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  2. Me llama muchísimo el primero, esperemos que sea mejor que el original!!

    BSS...desde el blog de Fr@nela

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  3. Muchas gracias por la información :)
    Un beso.

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  4. jajaja qué bueno lo de Gregorio. Sin duda me lo anoto. Un puntazo. SAludos

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  5. A mí no me acaba de llamar ninguno del todo. El primero parece que estará gracioso pero como no he leído el original no sé si me dirá mucho.
    ¡Besos!

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