PLANETA
La cara más divertida
de la trilogía más caliente del año
Rossella Calabrò, una mujer que disfrutó leyendo las andanzas de Mr. Grey,
necesitaba desdramatizar esa historia,“quitarle poder a su contenido
conservador”. Y para ello ha empleado el sentido de la ironía.
Sombra a sombra, Gregorio y Mr. Grey se ven las caras. Y en cada sombra,
hay una carcajada. Porque Cincuenta sombras de Gregorio es un libro
humorístico, pero con una gran carga de realidad, que muestra a ese hombre que
comparte su vida con una mujer, en el que, tal vez, predominan las
imperfecciones. Pero tiene algo a su favor: sabe hacer reír a una mujer.
Cincuenta sombras de Gergorio obliga a los lectores a meditar,
enseñando que la literatura y sus escenarios es una cosa y la realidad en la
que convive una pareja es otra muy distinta, donde cualquier parecido con la
literatura es pura coincidencia.
ALGUNAS SOMBRAS DE GREGORIO
“Mr. Grey lleva siempre prendas homewearimpecables
mientras, con el poderoso torso desnudo y los vaqueros rotos en su punto justo
(…), se pasea con andares de puma por la casa. A veces, también Gregorio,
durante los primeros días de convivencia, se parece un poco a Mr. Grey. Pero
después, al cabo de una semanas, el torso poderoso (si de un torso poderoso se
trataba) se esconde bajo camisetas decorada al óleo (del asado), mientras
vuelve a guardar celosamente los vaqueros en el armario y los sustituye por
pantalones de pijama estilo viejo canguro con las rodillas deformadas”.
“Grey dispone de una cocina
perfecta, hipertecnológica, equipadísima, limpísima, en la que se mueve con
desenvoltura mientras nos ofrece deliciosos manjares cocinados por la
gobernanta (que no somos nosotras). (…). Gregorio, en cambio, es un sumo
experto en el arte culinario de ensuciar el mayor número posible de platos y
ollas, en particular la que por su forma o sus dimensiones no entran en el
lavavajillas (…). Al fin y al cabo, está además la gobernanta (que somos nosotras),
lista para recogerlo todo”.
“Mr. Grey suspira con apasionada elegancia, gime con ardor, a veces incluso
gruñe con la perturbadora sensualidad de un licántropo. O bien susurra palabras
de amor en salsa de vainilla (…).¿Y Gregorio? Al principio de la vida en pareja
(…) no emite ningún sonido aparte de algún que otro leve y poético gruñido para
alabar la comida o los encantos de su amada. Pero en el noventa y nueve por
ciento de los casos, después de un añito de cautividad, Gregorio (…), asaltado
por una sed insaciable de cultura, comienza a practicar la pronunciación del
alfabeto (…). El problema es que Gregorio las recita eructando”.
“Mr. Grey involucra a su amada en
situaciones extremas, saturadas de peligro (…). Gregorio también: a las
reuniones de la comunidad de vecinos va siempre Lola”.
“Irse a la cama con Mr. Grey es una
experiencia inolvidable. Pero dormir con Mr. Grey se puede definir como
algo celestial (…). No ronca, no te quita el edredón, no rueda sobre sí mismo
toda la noche como un filete empanado, y si por aquellas casualidades se
levanta de la cama, solo es para ir a tocar con dulzura el piano (…).Gregorio
sufre durante la noche transformaciones algo acrobáticas: es capaz de pasar de
cafetera en forma de morsa a rollito de primavera en pocos movimientos. Es más:
con sus transformaciones puede despertarnos justo en el particularísimo momento
en que nos vamos quedando fuera de combate”.
KIWI
VERSATIL
…
Gracias por las novedades, hay algunos que me llaman.
ResponderEliminarUn beso
El primero tiene muy buena pinta :)
ResponderEliminarMe llama muchísimo el primero, esperemos que sea mejor que el original!!
ResponderEliminarBSS...desde el blog de Fr@nela
Muchas gracias por la información :)
ResponderEliminarUn beso.
jajaja qué bueno lo de Gregorio. Sin duda me lo anoto. Un puntazo. SAludos
ResponderEliminarA mí no me acaba de llamar ninguno del todo. El primero parece que estará gracioso pero como no he leído el original no sé si me dirá mucho.
ResponderEliminar¡Besos!